M.P. Madrid | viernes, 03 de mayo de 2019 h |

Si hay un rasgo que distinga de manera especial al Servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra es su apuesta por la calidad asistencial. Tal es así que en los últimos años el equipo ha logrado situarse en primera línea en los premios Best in Class. En la última edición, y también en 2016, fue reconocido como Mejor Unidad de Psoriasis, además de haber sido finalista y de alzarse con una Mención de Honor en este terreno en otra ocasión. Dentro de la categoría de Dermatología, también recibieron la Mención de Honor en 2017 y han sido finalistas en dos ocasiones más.

La jefa del Servicio de Dermatología, Ángeles Flórez, cuenta a GM el papel que ocupa actualmente esta especialidad en la atención hospitalaria y avances y retos pendientes. La especialista explica que en los últimos años los dermatólogos se han ido integrado en equipos multidisciplinares, fundamentalmente de cara al manejo de dos patologías, el melanoma y la psoriasis. “En el momento actual, teniendo en cuenta el incremento en la complejidad de otros procesos y la necesidad de actuar en tiempo y en torno al paciente, esto ya no es suficiente”, asegura. La especialista añade que en muchos centros como este “se trabaja en comités de tumores en los que se abordan no solamente los melanomas, sino también carcinomas basocelulares y espinocelulares localmente avanzados o metastásicos, carcinomas de células de Merkel, linfomas y sarcomas de partes blandas”. Flórez considera que “sin duda la integración entre las partes médica y quirúrgica, imagen y anatomía patológica en tiempo real, ha supuesto un gran avance”. Además, subraya la relevancia del papel de los dermatólogos en el campo de la enfermedad inmunomediada, y reconoce que, probablemente los dermatólogos podrían asumir tener un papel más proactivo de cara a la creación de equipos multidisciplinares en el abordaje de enfermedades como la hidrosadenitis supurativa o las conectivopatías.

Arsenal terapéutico en desarrollo

Dentro del ámbito de actuación de la dermatología, algunas patologías como la dermatitis atópica (DA) han pasado a un primer plano informativo recientemente, a raíz de las propias demandas de los afectados. En este sentido, Flórez admite que es cierto que los grandes avances en el conocimiento de la etiopatogenia de la dermatitis atópica se han hecho esperar más que en otras enfermedades inmunomediadas, como la artritis reumatoide o la psoriasis.

“Esto ha supuesto que la innovación en el tratamiento de las formas moderadas-graves haya tardado también más tiempo en producirse”, reconoce. También destaca que “en elmomento actual hay una gran cantidad de moléculas, tanto de uso sistémico como tópico, en desarrollo, y tenemos ya un anticuerpo monoclonal aprobado por la Agencia Europea del Medicamento”.

Asimismo, añade que es probable que algunos sectores hayan banalizado la dermatitis atópica porque es cierto que una mayoría de pacientes presentan formas leves-moderadas que, a pesar de su cronicidad e impacto en salud, pueden ser tratadas con eficacia y seguridad. Aunque subraya que no es el caso de los dermatólogos, que en ningún momento han banalizado la dermatitis atópica moderada-grave “es una patología que nos ha dado, y nos sigue dando, muchos quebraderos de cabeza”. La morbilidad es altísima, no solamente por las limitaciones del arsenal terapéutico, y el prurito de muy difícil manejo, sino por las comorbilidades asociadas, neuropsiquiátricas, cardiovasculares e infecciosas entre otras, destaca. “Sin duda la innovación tiene que llegar cuanto antes al arsenal terapéutico de la dermatitis atópica en práctica clínica”, remarca.

No obstante, considera que no es necesario realizar un cambio de denominación de esta patología, como han reclamado desde las asociaciones de pacientes, para evitar confusiones con los casos leves. “Muchas enfermedades se gradúan en función de gravedad, no solamente las inflamatorias, sino especialmente las oncológicas. Entendiendo el planteamiento de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica, pero siguiendo esa filosofía, ¿al melanoma in situ no lo llamaríamos melanoma? Creo que la clave está en la educación sanitaria, a todos los niveles”, responde.

Frente a esta asignatura pendiente, en otras patologías como la psoriasis moderada-grave o melanoma metastásico se han registrado avances trascendentales en la última década, según destaca, de la mano de los fármacos biológicos y la inmunoterapia, respectivamente.

“En psoriasis el desarrollo de los fármacos biotecnológicos nos permite en 2019 alcanzar unos objetivos terapéuticos que no nos planteábamos hace cinco años”, admite. Se ha conseguido amortiguar el impacto en salud de la enfermedad, a todos los niveles, cutáneo y no cutáneo. Por supuesto, subraya que sigue habiendo retos: profundizar en los perfiles de pacientes, identificar biomarcadores, desarrollar moléculas que sean capaces de modificar la historia natural de la enfermedad en todos los escenarios y nos permitan abordarla de acuerdo a la filosofía de la medicina personalizada. A corto plazo, la especialista aboga por trabajar codo con codo con las asociaciones de pacientes, ya que sigue habiendo desconocimiento sobre la enfermedad y muchas necesidades sin cubrir.

Por otra parte, destaca que en melanoma metastásico no se había aprobado ningún tratamiento en 40 años y en los últimos cuatro la introducción de la inmunoterapia y las terapias dirigidas han cambiando por completo el pronóstico. “Se sigue investigando en la búsqueda de moléculas nuevas o de combinaciones más eficaces y seguras, y profundizando en los mecanismos de resistencia tumoral y en el manejo de los efectos adversos y las comorbilidades”, asegura.

En melanoma, en su opinión, una parte importante de los grandes retos sigue estando en prevención primaria y secundaria. Queda pendiente, según sus palabras, promover desde la escuela, desde las administraciones públicas, desde las sociedades científicas y colegios médicos la exposición solar saludable. “Se necesita más presencia en los medios, en las redes sociales, en los colegios, ser capaces de utilizar las herramientas que de verdad llegan a la población”.

En esta línea, remarca que la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) está desarrollando el programa de fotoeducación infantil “Convive con el sol”, dirigido a alumnos y educadores. Un programa muy completo, gratuito y listo para su implantación. Además, la AEDV bajo el paraguas de la European Academy of Dermatology and Venereology (EADV), pone en marcha todos los años la Campaña Euromelanoma, dirigida a la prevención primaria y secundaria del cáncer cutáneo y el 7 de mayo lanzará Euromelanoma 2019, explica.

En cuanto prevención secundaria, “por desgracia seguimos diagnosticando melanomas en fases avanzadas de la enfermedad”, admite. “El diagnóstico precoz es la mejor herramienta para poder curar al paciente. En esta línea insiste nuevamente en educación y formación: “concienciar a la población sobre la relevancia de las lesiones pigmentadas cambiantes, facilitar herramientas para simplificar la exploración domiciliaria aprovechando las nuevas tecnologías, garantizar la formación continuada del médico de atención primaria en dermatología y unas vías de comunicación ágiles y eficaces entre primaria y especializada: teleconsulta, vías rápidas, imágenes en red, apps, y quizás pronto la inteligencia artificial”, concluye.