9º Desafío oncológico

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Esther Martín del Campo Enviada especial a Valencia | viernes, 30 de noviembre de 2018 h |

El Hospital General de Valencia ha podido constatar que la apuesta por la calidad da resultado. El jefe del Servicio de Oncología Médica del centro, Carlos Camps, también director de programas científicos de la Fundación ECO y presidente de Aseica, avanzaba los resultados del último estudio realizado en su centro. “Hemos analizado cinco o seis ítems por tumor, como el número de pacientes con plan firmado, con consentimiento o con medida del dolor, realizando una comparativa con los datos obtenidos en 2016, cuando todavía el hospital no contaba con la acreditación QOPI, y hemos mejorado en todo”, explicaba satisfecho ante los medios de comunicación reunidos en Valencia en el marco del 9º Desafío oncológico: Más allá del genoma.

Camps dirige, junto con Vicente Guillem, presidente de la Fundación ECO y jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología, la organización de este foro docente que durante dos días ha congregado en Valencia a más de 500 participantes para repasar, con la aportación de un total de 70 ponentes, avances y retos en la atención oncológica en nuestro país. Junto a mesas de puesta al día de marcado carácter clínico, con revisión de las últimas evidencias disponibles en terapéutica en los principales tipos de cáncer, las novedades en diagnóstico, de la mano de técnicas como la biopsia líquida, o la actualización en biomarcadores, la participación de expertos norteamericanos, explicando su particular apuesta por la calidad, ha ocupado también un primer plano.

Rafael López, jefe del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, fue el encargado de moderar la mesa sobre la calidad como objetivo en oncología, que presentó la línea de trabajo común de la Fundación ECO y la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO, por sus siglas en inglés), con la implantación en los centros españoles de su sello QOPI, como un ejemplo que se ha de seguir.

En este encuentro, en el que contaron con la visión de Eric Martin, miembro del QOPI Certification Stering Group de ASCO, y Stephen Grubbs, vicepresidente de Clinical Affairs de ASCO, se puso de manifiesto el valor de la colaboración de estas instituciones y del sello específico.

Los ponentes norteamericanos expusieron el cambio que han experimentado en los últimos años. Se ha producido una transformación hacia la estandarización y la medición de resultados porque la calidad es uno de los objetivos principales de las asociaciones americanas, tal y como recuerda López. El salto principal, destaca, es el paso del pago por servicio al pago por valor, lo que obliga a mejorar la calidad, subrayaron.

Los participantes pusieron en valor la sintonía entre ambas instituciones en favor de la calidad, al mismo tiempo que destacaron el esfuerzo de los hospitales españoles por mejorar su atención.

En la actualidad, cuatro centros españoles cuentan con esta acreditación de excelencia. Junto a los servicios de oncología de los organizadores del Desafío Oncológico, el Hospital General de Valencia y el Instituto Oncológico Valenciano, están acreditados el Hospital Ramón y Cajal y, recientemente, el Complejo de Santiago.

Más recientemente, los servicios de oncología del Virgen de la Arrixaca y Arnau de Vilanova también se han sumado al proyecto y están autoevaluando la atención que prestan a sus pacientes para detectar áreas de mejora y conocer los puntos fuertes en la atención que prestan a los pacientes.

En la misma línea, Vicente Guillem remarca que este programa permite a los servicios evaluarse y compararse con la media de los hospitales acreditados. Cada año se mide la evolución para saber si se ha mejorado. En este punto están los centros acreditados hasta la fecha, sostiene. Camps añade que un sistema de calidad no es algo que “quede bien en la foto”. “Obliga a mejorar tanto a los médicos como a la organización. En definitiva, se miden resultados”, concluye.

Dos ejemplos que muestran que el abordaje multidisciplinar puede ser una realidad

Además del desafío de avanzar en la búsqueda y en la estandarización de biomarcadores que afiancen en desarrollo de nuevas terapias en el contexto de la medicina de precisión, de analizar el uso de los nuevos tratamientos en monoterapia o en combinación con el arsenal terapéutico disponible en cada tipo de tumor, o de profundizar en las secuencias idóneas en cada caso, los oncólogos españoles tienen un reto pendiente que tiene que ver con la propia organización de los servicios. En este sentido, una de las mesas del encuentro puso como ejemplo el abordaje transversal que se realiza en dos centros españoles para tratar el cáncer de próstata. Ignacio Durán, jefe de Sección de Oncología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla moderó una mesa sobre este tema. La conclusión principal, explica a GM, es que es factible potenciar ese abordaje multidisciplinar en el que el principal beneficiado es el paciente y se van a mejorar los resultados. Como contrapartida, es preciso, tal y como afirma, “huir de personalismos y entender que el único abanderado en la consulta debe ser el paciente”. También en este punto los participantes en el foro entienden que es básico analizar sus propios procesos: “Si no hacemos autocrítica, es muy difícil mejorarlos”, indica. La consulta multidisciplinar del Instituto Valenciano de Oncología lleva tres años. El Hospital Virgen de la Macarena acaba de constituir una unidad multidisciplinar. “Confiemos en que sea la tónica general en los próximos años”, finaliza.