| miércoles, 16 de octubre de 2019 h |

Sólo dos de cada diez puestos de alta responsabilidad en la investigación en cáncer están liderados por mujeres, pese a que el 60% de los científicos que trabajan en este campo son mujeres. Ante esta realidad, palpable en organismos y centros de investigación del conjunto del Estado, ASEICA, la Asociación Española de Investigación sobre Cáncer, ha creado un grupo de trabajo denominado ASEICA Mujer que trata de revertir esta situación, visibilizando el talento y los éxitos de las investigadoras que trabajan en cáncer en nuestro país.

La iniciativa más reciente de este grupo que coordina la investigadora del CNIO Marisol Soengas, ha sido la de organizar junto con Arkaitz Carracedo, de CIC bioGUNE, las jornadas ‘Desde la formación al liderazgo’ en las que participan destacadas mujeres del ámbito de la ciencia, la oncología, la docencia o la divulgación. A través de diversos talleres formativos y sesiones divulgativas, se han ido desgranando algunos de los problemas a los que se enfrentan las científicas en España.

Las científicas e investigadoras que luchan contra el cáncer en nuestro país siguen enfrentándose a un techo de cristal que las limita en el acceso a puestos directivos de alta responsabilidad. Un informe reciente de ASEICA, realizado junto con la Asociación Española contra el Cáncer y la Fundación La Caixa, revela que hay menos del 25% de mujeres en puestos de responsabilidad. Los datos son igualmente preocupantes a nivel clínico: más 50% de colegiados médicos son mujeres, pero menos del 8% llega a puestos de liderazgo, gerencias y decanatos.

Paradójicamente, tanto en la investigación como en el entorno clínico, el número de mujeres no ha parado de aumentar, pasando del 37% al 54% del total entre 2000 y 2016. Actualmente, un 71% de los médicos menores de 35 años son mujeres, según el mismo informe. También se ha incrementado el número de investigadoras en el conjunto de sectores y notablemente, en la industria farmacéutica, donde representan el 60% del personal investigador.

La financiación, e incluso los premios y reconocimientos, son generalmente de menor cuantía para ellas que para los hombres, ya que las mujeres suelen concentrarse en puestos de mayor carga de trabajo pero con menor visibilidad y capacidad de decisión o liderazgo.

A las desigualdades mencionadas se unen otras limitaciones socioeconómicas. En particular, la maternidad es la barrera más eficaz para que la mujer abandone la carrera relacionada con la Ciencia. En consecuencia, y aun cuando en la universidad y en estudios de doctorado de ciencias de la salud las mujeres superan el 50%, estas cifras disminuyen invariablemente según se progresa en la carrera investigadora. Además, la mujer recibe menos atención en revistas científicas y en los medios de difusión que los hombres.