J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 13 de julio de 2018 h |

Tras una amplia ejecución de la Estrategia Nacional contra la hepatitis C en el apartado del tratamiento (más de 100.000 pacientes han recibido terapia con los últimos antivirales aprobados) ahora toca decidir el siguiente paso. La eliminación de la enfermedad es un desideratum de la Organización Mundial de la Salud de cara a 2030 pero para alcanzarla toca decidir la estrategia a seguir. Existe en España una gran cantidad de personas (al menos las mismas que las tratadas) con carga viral pero el principal problema es el carácter silente de la enfermedad. De ahí que la tarea a emprender sea la búsqueda de estos futuros pacientes mediante un cribado. La pregunta que está ahora mismo en el aire es el tipo de screening a realizar y aquí existen diferencias sustanciales.

Desde los partidos políticos, en concreto PSOE y Ciudadanos, descartan realizar un cribado poblacional que abarque entre los 20 y los 80 años a los que habría que añadir el screening en grupos de riesgo. Sí apoyan este último pero no comulgan, al menos de momento, con el primero de los casos. “La incidencia de la hepatitis C es escasa y eso debe atenderse en los cribados… La prevalencia está alrededor del 1 por ciento por lo que no hace falta screening poblacional”, asevera Francisco Igea, portavoz por Ciudadanos en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.

La opinión de su homólogo socialista, Jesús María Fernández, no difiere de la de su adversario político. “Lo ideal es llevar a cabo una estrategia de salud pública pero necesitamos saber con una encuesta de seroprevalencia cuantos pacientes puede haber antes de decidir qué tipo de cribado hacer”, explica. Este análisis poblacional debería haberse realizado en el primer trimestre de 2018 por el Ministerio de Sanidad pero no fue así. Ahora, Fernández tiene en su mano presionar con mayor efecto al nuevo equipo de Gobierno para que acelere esta acción.

La opinión de los políticos contrasta con las de los hepatólogos. Éstos últimos coinciden en que para avanzar en la eliminación de la hepatitis C en España es necesario que el Ministerio de Sanidad impulse un nuevo Plan Nacional sobre cribados. En él, según los expertos, debe explicitarse que la población objetivo debe ser aquella comprendida entre los 20 y 80 años más los grupos de riesgo (consumidores de drogas parenterales y hombres que practican sexo con otros hombres o población reclusa). Este desarrollo, según los expertos, sería coste-efectivo ya que el cribado tiene un coste de un euro aproximadamente y el tratamiento asociado con los antivirales se establece en los 7.000 euros. “Incrementar el diagnósticos a través de screening, mejorar el acceso y usar los tratamientos más fáciles de manejar. Debemos pasar del Plan Nacional de tratamiento a otro de eliminación”, asegura el hepatólogo José Luis Calleja. Del mismo modo, su colega María Buti explica que la hepatitis C reúne todas las características para hacer cribados. “Podemos cribar por grupo de riesgo, poblacional o universal. Actualmente tenemos la recomendación de cribado por riesgo pero podemos ir hacia un screening poblacional de personas entre 20 y 80 años porque sigue siendo coste-efectivo”, afirma.

La presencia de Montón

Hace aproximadamente un año el Consejo Interterritorial amplió el uso de los tratamientos a todos los pacientes con independencia del grado de fibrosis. Fue una decisión que contaba con un antecedente, el de la Comunidad Valenciana con Carmen Montón como consejera. El portavoz del PSOE asegura que fue un error quedarse “sólo en la universalización del tratamiento”, por lo que podría esperarse que el nuevo equipo ministerial diera nuevas noticias sobre la ampliación en las recomendaciones de cribado. En cualquier caso, un estrecho colaborador de la actual ministra en la Comunidad Valenciana, Enrique Ortega (Director gerente del Hospital General de Valencia), asegura que “hablar de erradicación es una entelequia”.


Algunos hepatólogos recomiendan un cribado que abarque a personas entre los 20 y los 80 años



Hace un año el Interterritorial universalizó los tratamientos con independencia del grado de fibrosis