C. R. Madrid | lunes, 22 de octubre de 2018 h |

La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha apelado al esfuerzo colectivo de su equipo para hacer frente a los “desafíos” sanitarios que marcan la hoja de ruta del gobierno socialista, y que incluyen la recuperación de derechos, la lucha contra las desigualdades y la modernización del Estado del Bienestar. Así lo ha asegurado María Luisa Carcedo en el acto de toma de posesión de los altos cargos nombrados en las últimas semanas: Faustino Blanco como secretario general de Sanidad y Consumo; Alfredo González como subsecretario de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; Ana Isabel Lima como secretaria de Estado de Servicios Sociales; María Eloísa del Pino como directora del Gabinete de la ministra; y Ángel Parreño como director general de Servicios para las Familias y la Infancia.

Carcedo ha agradecido a los nuevos altos cargos su disposición, compromiso y entrega sincera, y ha destacado la experiencia que aportarán en el trabajo del Ministerio… Experiencia que, según ha resaltado la ministra, viene de distinto origen territorial y de distintos campos: tanto de la gestión, como del mundo académico y profesional.

La ministra ha querido terminar poniendo énfasis en los desafíos que tiene por delante el Ministerio. En el campo de los derechos, Carcedo ha resaltado que el objetivo es recuperar algunos, consolidar otros y sumar algunos más. “Ahora estamos en la fase de recuperación del derecho de la sanidad universal”, ha concretado, para centrarse a continuación en otros dos que a su juicio son fundamentales: hacer efectivos los derechos de las personas con discapacidad y los derechos de protección de la infancia.

En relación al desafío de la lucha contra las desigualdades, Carcedo ha destacado la necesidad de redistribuir la riqueza y ha insistido en que esta función “sea efectiva”. En último lugar, la ministra ha apelado al deber de modernizar el sistema de protección social para hacer frente a los nuevos retos derivados de los cambios demográficos y del envejecimiento de la población. “Modernizar el Estado del Bienestar requiere esfuerzo y romper inercias existentes”, ha concluido.