Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 11 de octubre de 2019 h |

El Ministerio de Sanidad trabaja ya en la actualización de la guía de práctica clínica para abordar la conducta suicida, así como en la incorporación al último borrador de la nueva Estrategia de Salud Mental de los últimos comentarios realizados por los agentes que participan en su elaboración. Así lo ha hecho saber esta semana la directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Pilar Aparicio, que confía en tener pronto sobre la mesa una estrategia con pasos muy concretos que permita que en un futuro próximo se pueda evaluar su impacto significativo en la disminución del número de suicidios y en la atención a los supervivientes.

Expertos, pacientes y miembros de los cuerpos de seguridad han participado este martes en una jornada en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, bajo el epígrafe ‘Centrados en la prevención del suicidio”. En el mismo día, la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, se reunía también con representantes de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud, entre otras entidades, para plantear la creación de un grupo de trabajo que elabore un documento de recomendaciones sobre cómo tratar este tema complejo en los medios de comunicación, con el objetivo de que puedan estar listas en el primer trimestre de 2020. “Existe evidencia de que una cobertura informativa adecuada, no sensacionalista, puede ayudar a prevenir”, subrayó Carcedo en el marco de este encuentro.

Con este anuncio, Sanidad plantea una nueva acción en el contexto de la prevención del suicidio, además de la revisión de las guías clínicas y de la integración dentro de la futura Estrategia de Salud Mental de una línea destinada de forma específica a este objetivo, cumpliendo así el mandato del Consejo Interterritorial del SNS en junio de 2017.

Durante su intervención en la jornada, Pilar Aparicio dejó entrever una justificación al retraso en la elaboración de esta nueva estrategia. Y lo hizo haciendo suya una idea expresada también por los representantes del cuerpo de bomberos del Ayuntamiento de Madrid que participaron en la jornada. En base a su experiencia, el abordaje del suicidio exige una intervención meditada y planificada por encima de una intervención inmediata y precipitada.

Evidencia científica

La directora general subrayó, asimismo, la necesidad de incorporar la evidencia científica en todos estos procedimientos: “La ciencia va evolucionando y son documentos vivos que hay que actualizar”, remarcó.

Por su parte, Miguel Ángel González Torres, psiquiatra del Hospital Universitario de Basurto, puso el acento en los retos pendientes.

Uno de ellos es revisar la epidemiología, para dimensionar adecuadamente el problema y obrar en consecuencia. “Hay que contabilizar bien y contemplar las tentativas. No se puede prevenir si no sabemos la magnitud de lo que tenemos delante”, advirtió. Para ello, es fundamental el trabajo coordinado de distintas estructuras (sanitaria, forenses, fuerzas de seguridad, etc.).

Otro reto básico es la financiación. González Torres lamentó que la Salud Mental sea un área infradotada, con menos fondos que otras áreas de la salud y menor financiación que en otros países europeos. “Los profesionales y los pacientes tenemos que hacer ver cuáles son nuestras necesidades”, defendió.

En este sentido, los representantes de los pacientes reforzaron esta petición de recursos. “De nada sirve una nueva Estrategia de Salud Mental y una línea en particular de prevención del suicidio si no se aportan los recursos necesarios para que estas intervenciones resulten eficaces”, expuso Nel González Zapico, presidente de la Confederación Salud Mental España.

Su petición enlazaba también con la de Cecilia Borràs, de la Asociación de Supervivientes ‘Después del Suicidio’, que reclamó que el compromiso adquirido con la prevención del suicidio como una de las líneas fundamentales de la nueva estrategia tenga continuidad y que su implementación sea factible: “con presupuesto, recursos y personal”.

Desde la perspectiva de la psicología, María Eugenia Díez del Hospital Universitario Central de Asturias, cuestionó el empleo de escalas para la detección del riesgo. “Han demostrado un bajo valor predictivo. Tienen una mala sensibilidad, como reflejan varios análisis, y hacer depender de estas escalas la conducta asistencial posterior es insuficiente”, criticó la especialista.


Medios de comunicación
A principios de 2020 se presentarán las recomendaciones sobre el manejo informativo del tema



Pacientes
Reclaman medidas dotadas de presupuesto y recursos para que su aplicación pueda ser “efectiva y eficaz”