Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 05 de abril de 2019 h |

La semana que comienza será decisiva para la atención primaria. El ministerio de Sanidad llevará ante el Consejo Interterritorial monográfico sobre el primer nivel del próximo día diez un documento impulsado por María Luisa Carcedo con vocación de consenso y diálogo pero que, en la práctica, ha defraudado, en forma y fondo, a gran parte de los colectivos que han participado en su diseño. Los grupos de profesionales, comunidades autónomas y pacientes desconocen, en la práctica, la redacción final que recogerá este nuevo marco estratégico.

La última reunión conjunta de estos grupos el pasado jueves se saldó con un nuevo plazo por parte de Sanidad hasta última hora del sábado para proponer nuevas modificaciones, que podrán recogerse, o no, en el documento final.

El Foro de Atención Primaria no oculta su profundo descontento con el punto al que se ha llegado. Francisco Sáez, vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y portavoz del Foro en este asunto, es claro. Advierte que el día 11, apenas 24 horas después de la reunión con los consejeros, el foro celebra el Día de la Atención Primaria. “Veremos qué pasa. Llegado el caso, quizá el foro tendrá que hacer alguna declaración o convocatoria importante”, asegura. No en vano, subraya que es importante recordar que la iniciativa surgió a partir de una petición del foro, y que fue la ministra quien recogió este testigo.

En cualquier caso, no sería una situación nueva, añade, explicando que en Galicia hay un documento reciente sobre atención primaria planteado por la consellería y una convocatoria de huelga para la próxima semana. No obstante, Sáez asegura que trabajarán hasta el último momento reiterando sus propuestas y recogiendo algunas que han tenido que variar a raíz de las últimas modificaciones.

Cupos y contratos a MIR

“Si en un documento no va a aparecer que el cupo por médico de familia esté por debajo de los 1.500, ¡apaga y vámonos! Si no vamos a poder ofertar a los residentes de familia un contrato de dos o tres años para que resulte mínimamente atractiva y que no se vayan a la urgencia del hospital o a otro país, que alguien nos diga para qué queremos un marco así”, cuestiona. Si no se abordan estos temas clave, servirá de poco y será poco viable, sentencia.

Parte del problema ha sido la metodología “rara y pésima” elegida por el Ministerio para su desarrollo, en opinión de los médicos, que denuncian que en cada reunión ha llegado un documento diferente que no ha sido presentado previamente a ninguno de los asistentes.

“Son documentos con distintas versiones y muy diferentes del borrador inicial, pero que en ocasiones incluyen temas nuevos que no tienen nada que ver con lo acordado y o eliminan puntos que sí estaban recogidos”, indica. La explicación de Sanidad en estos casos, asegura, es que algún miembro de otro grupos se ha negado a incluir ese punto, como ha sucedido, por ejemplo, con la falta de alusión explícita a la dotación presupuestaria.

Por vías como esta se han encontrado, por ejemplo, con el compromiso en papel de garantizar la atención no urgente en 48 horas, sin determinar recursos adicionales y fijar en quién recae esa responsabilidad. “Si no dices que la gestión de esa demora debe tener una correcta dotación de profesionales para garantizarla, se deja entrever que las agendas son libres, de manera que el médico tiene que asumir sus pacientes y los que surjan. Es el problema de redacciones confusas y precipitadas”, critica.

El portavoz del Foro destaca que es “una mala metodología, que lleva a que no compartamos lo que pueda salir de ese documento, porque no lo sentimos nuestro. Al igual que afirmaron desde Satse y desde otras comunidades autónomas”.

No se trata de un problema baladí. “En la discusión del documento planteamos las cuestiones fundamentales. La atención primaria está mal, la crisis parte de que no hay médicos de familia suficientes y en el documento no se aborda. Así no llegará a ninguna parte”, sentencia.

Documento abierto

Tampoco convence el argumento que les trasladó el secretario general de Sanidad, Faustino Blanco, de que sigue siendo un documento abierto. “Cualquier medida sin un aumento real del presupuesto en atención primaria no tiene sentido”, insiste.

Y es que, por ejemplo, Sáez considera “bueno y lógico” que se incorporen otros profesionales a la atención primaria y que cambien los roles, pero advierte que “no está presupuestado ni pensado ese gasto económico”. Además, se queja de que temas como la desburocratización, en la que han hecho hincapié durante años, ha desaparecido por completo del último borrador, y no se contempla ninguna medida.

Las aristas son múltiples y difíciles de resolver: “cuando se planteó una intervención con el ministerio de Trabajo por las bajas laborales, nos dijo que no se podía. Lo mismo con respecto a la financiación finalista. El argumento es que depende de las comunidades autónomas, cuando estamos viendo que en muchas comunidades en las que están integradas primaria y atención hospitalaria el presupuesto se difumina”, concluye.

A la espera de conocer el texto final que será debatido y revisado en el próximo Consejo Interterritorial, otras entidades, como el sindicato de enfermería Satse, ya se han desmarcado públicamente de este plan. No lo apoya, dicen, “porque no contempla las medidas y acciones necesarias para mejorar la seguridad y calidad en la atención que prestan las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas en este ámbito asistencial”. Para el sindicato, es ya “una oportunidad perdida”. En una carta remitida al ministerio, aseguran que el proceso de diálogo y la negociación real con los profesionales “ha brillado por su ausencia”.