C.M.L.

Madrid

| viernes, 07 de octubre de 2016 h |

Potenciar el papel de enfermería en la práctica clínica diaria es uno de los objetivos que tiene por delante el Sistema Nacional de Salud (SNS) y en los que ya se está trabajando. Bajo este marco tuvo lugar el V Congreso Nacional de Delegados de Enfermería, organizado por Grupo CTO. Un encuentro al que asistieron delegados de prácticamente todas las escuelas de enfermería españolas.

El evento persigue el objetivo de informar a los asistentes sobre la realidad que existe en su sector actualmente, permitiéndoles adquirir una visión global sobre cuáles son las oportunidades profesionales que van a encontrarse tras finalizar sus estudios.

La importancia de la comunicación entre enfermera y paciente es una realidad en el SNS. Como explica la enfermera del Servicio de Oncohematología y de la Unidad de Trasplante de Médula Ósea del Hospital Gregorio Marañón, Carmen López, los profesionales de enfermería, establecen en su práctica diaria una relación que implica una comunicación continua con los pacientes. “Se trata de un proceso sumamente complejo, más importante de lo que pudiera parecer a simple vista”, indica.

En la actualidad, la formación técnica de enfermería está calificada como excelente. Sin embargo, muchos profesionales carecen de las habilidades comunicativas (sociales, culturales o familiares) necesarias para establecer una comunicación adecuada.

Comunicación terapéutica

En este marco, López habla de la comunicación terapéutica, una comunicación intrínseca en los cuidados de enfermería. “El paciente ha de percibir que los profesionales de enfermería estamos para escucharle y atenderle”, afirma.

A su juicio, en la aplicación de las intervenciones o cuidados de enfermería, los profesionales tienen un papel fundamental en lo que respecta a la educación sanitaria. Se trata de implicar al paciente en los cuidados que precise, si su situación médica lo permite.

Bioseguridad

Otro de los aspectos en los que se incidió durante el encuentro fue en la bioseguridad en la profesión. Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería, fue el encargado de dar las pinceladas en esta materia.

Según el Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo (Inhst), los cortes o pinchazos representan el 50 por ciento de los riesgos de accidentes en el puesto de trabajo. Pequeños percances que conllevan una alta posibilidad de contagio de más de 20 virus potencialmente mortales, entre ellos los de la hepatitis –tanto B como C– o del VIH, entre otras enfermedades transmisibles.

Ante esta realidad, y después de que se aprobara en 2010 una Directiva de la Unión Europea para prevenir este tipo de lesiones, el colectivo enfermero lleva tiempo demandando al Ministerio de Sanidad que elabore una normativa en la materia, resaltando que numerosos estudios nacionales e internacionales demuestran que es necesario para prevenir lesiones la combinación de una formación adecuada, prácticas más seguras en el trabajo y uso de material sanitario que incorpore dispositivos de seguridad pasiva. “Los profesionales sanitarios tienen que exigir que los materiales sean seguros”, explica el experto. En este sentido, Ayuso apunta que aunque la formación de pregrado en esta materia está limitada, sin embargo, tiene que ser la de postgrado la que dé pasos en bioseguridad, a través de una tutorización específica y una formación de dos o tres días.

Especialidades

Muchos de los estudiantes asistentes al congreso están a punto de terminar la carrera de enfermería y dar el salto al mundo laboral. En pocos meses, tendrán que enfrentarse a sus primeros pacientes como enfermeros y enfermeras. Es por ello que durante el encuentro se puso sobre la mesa la realidad de esta nueva etapa. Mayte Valle, directora del área EIR en CTO enfermería, dio paso a la mesa redonda en la que enfermeras profesionales, de las diferentes especialidades (Obstétrico-ginecológica, SaludMental, Familiar y Comunitaria, Geriatría Pediátrica y enfermería del Trabajo) expusieron las características propias de cada una de ellas, lo que facilitó que los jóvenes estudiantes, que ahora se enfrentan a su incipiente futuro profesional, puedan valorar pros y contras de cada una de las opciones.

El examen EIR es uno de los grandes desafíos que deben afrontar los futuros enfermeros. Como explica Valle es importante de cara a esta prueba tener un ‘hilo conductor’ y unos formadores que encaminen la preparación. “Un valor añadido que sólo se aporta en la academia”, indica, al tiempo que asegura que mediante unas clases magistrales enfocadas al examen EIR se explica el temario, se resuelven dudas y se enseñan técnicas de test para que los estudiantes puedan abordar el examen con éxito. Además, la figura del tutor es importante, ya que al final es quién los acompañará en el camino que tienen que recorrer.

Sin embargo, de cara al futuro el reconocimiento de las especialidades es para Valle la batalla que tendrán que lidiar los futuros enfermeros y enfermeras para que “los puestos de especialistas sean ocupados realmente por estos profesionales”.