Almudena Fernández Madrid | viernes, 07 de octubre de 2016 h |

No todas las áreas de salud tienen acceso a una unidad de cuidados paliativos para manejar al paciente oncológico grave, sobre todo con dolor y con complicaciones, ya que en dichos casos será el médico de familia el que tenga que controlar a estas personas, motivo por el cual la Sociedad Castellanoleonesa de Médicos Generales y de Familia (SEMG-Castilla y León) incluyó este tema en su primera Jornada de Médicos Residentes, tal y como señaló a GM su presidente, Javier Gamarra.

Durante este encuentro, a los residentes participantes se les explicó la escala del dolor y cómo manejar a los pacientes desde el tercer escalón de la analgesia en adelante combinando fármacos, incrementando dosis, avanzando en la escala y, a su vez, solucionando los problemas secundarios ocasionados por estos medicamentos o tratando a las personas que se encuentran en estado terminal, todo ello teniendo en cuenta las características particulares del enfermo.

Se abordó también el manejo de las espirometrías, que están presentes ya en todos los centros de AP pero “algunas no son de mucha calidad”, tal y como señaló Gamarra.

En el caso de la diabetes, se instó a los residentes de familia a individualizar la prescripción en función de las características de cada paciente y a ser más intensos a la hora de alcanzar los objetivos planteados —tanto glucémicos como de tensión arterial o de lípidos— cuando el paciente es joven que en el caso de que la persona tenga otras comorbilidades.

Aunque el dermatoscopio no es todavía frecuente en el primer nivel asistencial, el presidente de SEMG-Castilla y León cree que se implantará próximamente, por lo que durante la jornada se explicó su manejo a los presentes, un instrumento que podría ser especialmente útil en la detección precoz de melanomas y el control y seguimiento de los nevus para no derivar al paciente en caso de que no sea necesario.

Gamarra concluyó que, además, están evaluando por qué los médicos en primaria investigan poco a pesar de disponer de muchos datos y atender a muchos pacientes, que son una fuente de investigación y de estudio de su quehacer diario.