GM Madrid | viernes, 09 de febrero de 2018 h |

La atención en las consultas de pediatría de atención primaria resulta cada día más compleja, debido a la diversidad de escenarios y de patologías que deben abordar estos profesionales. La atención a niños con patologías psiquiátricas es una de ellas, una cuestión que ha sido abordadas en el 15º Curso de Actualización en Pediatría que organiza la organiza la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap).

Tradicionalmente, el uso de psicofármacos en niños ha estado marcado por el vacío de estudios científicos en esta población o por creencias erróneas, como que los problemas psiquiátricos en la infancia eran benignos o pasajeros. Sin embargo, el aumento de la investigación en psiquiatría infantil en las últimas décadas y la cercanía de los pediatras de primaria en el día a día de la población infantil, ha convertido a estos profesionales en una figura clave en la detección, orientación y tratamiento de los trastornos psiquiátricos infantiles.

Así lo afirma Petra Sánchez Mascaraque, psiquiatra infanto-juvenil del Hospital Niños Jesús y el Centro de Salud Jaime Vera de Coslada que ha impartido una ponencia sobre este tema en el curso de actualización. Según explica Mascaraque, los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la infancia son, en primer lugar, la hiperactividad, seguida de los trastornos de ansiedad y de conducta y, en tercer lugar, la depresión. En la adolescencia se ponen a la cabeza los trastornos de ansiedad, seguidos de los de tipo depresivo y los trastornos de la conducta alimentaria.

La especialista revisó en su intervención los psicofármacos indicados en los trastornos psiquiátricos más frecuentes en niños y adolescentes; aunque como ha recordado, además de estas sustancias —necesarias en muchos casos y cuya seguridad en población infantil está avalada científicamente— en el caso de los niños y adolescentes el tratamiento farmacológico debe estar siempre acompañado de intervenciones psicosociales. Estas son, no solo fundamentales, “sino incluso más efectivas que las intervenciones psicofarmacológicas”.

Los psicofármacos más empleados son los dirigidos a tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y luego, a mucha distancia, los antidepresivos y los neurolépticos. “En España no hay sobreconsumo, aunque es cierto que ha aumentado su prescripción, probablemente por el mejor diagnóstico del TDAH, cuya prevalencia es aproximadamente del 5 por ciento de la población, señaló.

Otra de las mesas redondas puso el foco en la atención al dolor infantil. Mª Concepción Míguez Navarro, pediatra de urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, repasó las distintas técnicas que los sanitarios tienen a su disposición para controlar de forma segura y eficaz el dolor infantil. “No tratar el dolor tiene consecuencias tanto fisiológicas como psicológicas, provocando más dolor en procedimientos futuros”, señaló.

Desde el originado por patologías hasta el que provocan algunos procedimientos médicos todos requieren una correcta evaluación así como “la elección de la opción terapéutica, farmacológica o no, más adecuada en cada caso”. “Hay opciones adecuadas para cada intensidad y gravedad del dolor” remarcó.