Silvia Rodrigo, PhD Medical Scientific Liaison Pharma Wecare-u | viernes, 31 de agosto de 2018 h |

En los últimos años se ha producido una auténtica revolución en el campo del Big Data . En este sentido, el ámbito sanitario puede ser, sin duda alguna, uno de los grandes beneficiados de esta explosión.

Precisamente, una de las aplicaciones del Big Data con mayor potencial en la práctica clínica es la puesta en marcha de estudios de Real World Evidence (RWE), definidos como toda información sobre la atención de salud que se recoge fuera de las restricciones controladas de los ensayos clínicos aleatorizados convencionales.

En el entorno del medicamento, la apuesta por la realización de estos estudios está justificada debido a los múltiples beneficios que representan. El seguimiento y la vigilancia de productos introducidos en el mercado recientemente, la detección de interacciones y efectos adversos en la práctica clínica real, la optimización de alternativas terapéuticas y el ajuste de patrones de prescripción, son tan solo algunos de sus puntos a favor.

El auge de los estudios de RWE en el ámbito sanitario durante los últimos años ha sido impulsado por varios agentes. Entre ellos despuntan el aumento de la demanda de la evaluación continua del balance beneficio-riesgo de las intervenciones, la instauración de medidas regulatorias más rigurosas en este campo y el fomento de un sistema de pago “basado en el valor” .

En definitiva, los estudios de RWE constituyen un campo prometedor en el ámbito sanitario, no solo debido a sus cualidades inherentes sino también a la mejora progresiva de las nuevas tecnologías de análisis de datos. En este nuevo escenario, tanto el decisor como los gestores públicos deben concienciarse sobre su potencial y capacitarse en el análisis de grandes cantidades de datos.


Los estudios de RWE no pretenden sustituir a los ensayos clínicos, ya que las preguntas a las que responden son diferentes


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